Por: Andrea Zambrano Nuñez (@andreazn3105) y Gabriela Chávez Serrano (@gabriela.ch.s) El voluntariado despliega una influencia transformadora en la sociedad peruana, una realidad que cobra cada vez más relevancia en el contexto actual. El servicio voluntario, tiene un vínculo crucial con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), orientado hacia la construcción de una sociedad más equitativa y justa. El panorama del voluntariado en el Perú se extiende a la participación activa de la juventud y a la identificación de áreas primordiales de intervención. En tiempos de crisis, como la pandemia del 2020, la contribución de los voluntarios ha sido un pilar esencial para la resiliencia, evidenciando su papel protagónico en la búsqueda de soluciones a las problemáticas. Este artículo explorará el impacto del voluntariado en el Perú, destacando su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la situación actual, avances, desafíos y la intervención gubernamental a través de políticas públicas.
La situación actual del voluntariado en el Perú
Para entender la situación actual del voluntariado en el Perú, primero debemos partir de la interrogante básica: ¿Qué es voluntariado? Según la definición de la Dirección de Beneficencias Públicas, voluntariado “es toda actividad o labor realizada sin fines de lucro, en forma gratuita y sin vínculos ni responsabilidad contractual” (s.f.). Además, se debe resaltar que, para identificar una acción como voluntaria, el individuo debe actuar en libertad de elección, no debe ser motivado por una retribución económica y su actuar tiene como finalidad promover el bien común (Dirección de Beneficencias Públicas, s.f.).
Esta prestación de recursos sin fines de lucro se encuentra alineada a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, pues de esta manera se busca integrar a la gran diversidad de personas que se encuentran comprometidas con la meta de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Algunas de las actividades asociadas a los ODS que realizan los voluntarios son campañas de sensibilización acerca de la agenda 2030, contribuir con el cumplimiento transformativo de los ODS, proporcionar experiencias que permitan complementar los servicios básicos esenciales, facilitar espacios para el diálogo y la acción, entre muchos otros (Universidad de La Laguna, s.f.).
Con relación al caso peruano, el voluntariado es practicado en su mayoría por jóvenes entre los 15 y 29 años, quienes participan activamente en una asociación o grupo de voluntariado (Dirección de Beneficencias Públicas, s.f.). Asimismo, se identificó que las áreas principales en las que se enfoca el voluntariado en el país son educación, desarrollo y vivienda, servicios sociales, deportes, salud, entre otros, y que las organizaciones que fomentan la participación son las organizaciones vecinales, grupos parroquiales, clubes deportivos y muchos más (Dirección de Beneficencias Públicas, s.f.). Actualmente, según el folleto de los Voluntarios del Bicentenario, se enfatiza que, durante la pandemia, se ha evidenciado el rol importante de los voluntarios en la sociedad. Esto debido a que son los protagonistas de un cambio importante en sus entornos inmediatos, ya que contribuyen con la ejecución de iniciativas planteadas como soluciones a problemáticas que afectan a diversas zonas del país (Ministerio de Cultura, 2021).
Avances, desafíos persistentes y oportunidades para el voluntariado
El voluntariado ha experimentado importantes avances en los últimos años, avances que siguen impulsando el impacto positivo en la sociedad, estos avances reflejan la creciente conciencia de la importancia del voluntariado y la participación ciudadana en la construcción de sociedades más justas y solidarias.
Uno de los avances más importantes ha sido la incorporación de la tecnología y la digitalización en las actividades voluntarias. Plataformas en línea han facilitado la conexión entre voluntarios y oportunidades, incluso de financiación, permitiendo una participación accesible de más personas y entidades interesadas en la labor voluntaria.
Por ejemplo, sitios web como VolunteerMatch o Idealist conectan a personas interesadas en realizar actividades voluntarias con organizaciones que necesitan ayuda. Existen también plataformas como GoFundMe o Kickstarter, que si bien aún no están disponibles en todos los países, han permitido a individuos y organizaciones recaudar fondos para proyectos solidarios. El uso estratégico de redes sociales también ha permitido a las organizaciones sin fines de lucro aumentar la conciencia en las personas sobre los distintos problemas sociales y movilizar a voluntarios.
Los voluntarios pueden contar con una amplia variedad de tecnología que aumenta rápidamente y permite abordar muchos de los retos mundiales que se plantean actualmente. Estos incluyen desde hacer un seguimiento de la inseguridad alimentaria hasta supervisar un conflicto violento, así como proporcionar una alerta temprana para desastres inminentes o informar de un fraude electoral. La aparición de tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) basada en Internet y dispositivos móviles está revolucionando todas las variables de la acción voluntaria: los “quién”, “qué”, “cuándo” y “dónde”. (VNU 2011, 30).
La colaboración entre organizaciones y voluntarios a nivel global es ahora más usual. Proyectos conjuntos entre ONGs y la participación de voluntarios de diferentes partes del mundo en misiones internacionales son una respuesta importante a los desafíos globales, como es el caso de los Voluntarios de las Naciones Unidas.
El voluntariado internacional es un compromiso organizado en materia de desarrollo, realizado por personas voluntarias que trabajan en el extranjero. Incluye asignaciones a corto y largo plazo, a través de agencias gubernamentales o no gubernamentales. (VNU 2011, 55).
A nivel nacional, el voluntariado ha dejado una marca significativa en la construcción de una sociedad más inclusiva y por lo tanto, justa. La participación ciudadana en programas comunitarios, educativos y de asistencia social ha demostrado ser un factor clave para abordar desafíos locales que determinan el desarrollo del Perú, como Voluntarios del Bicentenario, que tuvo como resultado a miles de voluntarios brindando monitoreo telefónico a más de 300 mil adultos mayores del país.
Alejandro Neyra, ministro de Cultura respecto al Voluntariado del Bicentenario, refiere que: “Los jóvenes de hoy, muchos de los que se han sumado ya al Voluntariado del Bicentenario (que en esta pandemia ha hecho el seguimiento de la salud de nuestros adultos mayores), están dispuestos a entregar sus ideas y su fuerza para alcanzar el bienestar de todas las peruanas y los peruanos, en especial de aquellos que, 200 años después, siguen experimentando diversas formas de exclusión por su género, por hablar otra lengua distinta al español o por tener alguna forma de discapacidad, entre otras formas de discriminación o invisibilización.” (Neyra 2021).
El voluntariado a escala local posibilita que los ciudadanos se enseñen nuevas destrezas entre sí y que las personas anteriormente excluidas conozcan y reclamen sus derechos. A través de esta práctica, los individuos desarrollan las habilidades necesarias para implicarse y participar en esferas que van más allá de su hogar o localidad. Esto incluye supervisar y hacer un seguimiento de los compromisos y el gasto de los gobiernos, así como crear agrupaciones de mujeres cuya actividad trascienda lo local para situarse en un plano nacional o incluso mundial. Además, el voluntariado fortalece la capacidad de los participantes para asociarse con las instituciones de gobierno locales y las organizaciones de la sociedad civil, ya sean de ámbito nacional o internacional. Este proceso contribuye a una mayor participación cívica y al empoderamiento de comunidades anteriormente marginadas. (VNU 2015, 17).
A pesar de los avances, aún persisten desafíos a tomar en cuenta. La falta de reconocimiento formal, políticas gubernamentales insuficientes y la ausencia de incentivos son temas pendientes que afectan la sostenibilidad de las organizaciones de voluntariado. Sin resolver estos aspectos, se limita el potencial del voluntariado.Un mayor reconocimiento institucional podría impulsar el voluntariado a un siguiente nivel, integrándolo más con las estrategias nacionales enfocadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) se constituyen en un apoyo para cada país en su senda hacia un desarrollo sostenido, inclusivo y en armonía con el medio ambiente, a través de políticas públicas e instrumentos de presupuesto, monitoreo y evaluación. Es así como la Agenda 2030 se considera un documento social, que pone la dignidad y la igualdad de las personas en el centro. Al ser ambiciosa y visionaria, requiere de la participación de todos los sectores de la sociedad y del Estado para su implementación. (Cepal & ONU, 2016). Con un mayor reconocimiento institucional, el voluntariado puede desempeñar un papel aún más destacado y relevante en la consecución de estos objetivos de interés común.
Abordar estos desafíos demanda un esfuerzo coordinado integral, entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad en su conjunto.
Políticas públicas gubernamentales que regulan el voluntariado en el país
En el 2004, mediante Decreto Supremo, se publica la Ley General del Voluntariado, la cual tiene como finalidad reconocer, facilitar y promover las acciones del voluntariado en territorio nacional. En esta, se hace mención del rol del Estado frente a esta actividad. El Estado deberá promover, reconocer y facilitar la labor voluntaria; asimismo, a través del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, promociona apoyo a las campañas de divulgación, facilidad de acceso de fuentes de ayuda nacional, medidas que promuevan y lleven a cabo la cuantificación permanente del aporte del trabajo voluntario y asistencia técnica mediante programas formativos e informativos a los voluntarios (Congreso de la República del Perú, 2004).
En otra instancia, con el objetivo de realizar acciones de seguimiento y elaborar informes técnicos sobre la propuesta de la adecuada implementación y cumplimiento de la Ley General del Voluntariado y su Reglamento, se encuentra la Comisión Nacional del Voluntariado (CONVOL). Esta comisión tiene como funciones fomentar la participación de alumnos universitarios y de escuelas técnicas en actividades de voluntariado, proponer estudios de la normativa que garantice el adecuado funcionamiento del voluntariado, impulsar la participación de la ciudadanía en las acciones de voluntariado, entre otras muchas más (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2015).
De esta manera, podemos afirmar que el Estado cumple un rol importante en las actividades relacionadas al voluntariado en el territorio nacional, reconociendo y fomentando la participación de la sociedad civil. Asimismo, mediante sus entes reguladores, realiza acciones de seguimiento, control y regulación de todo accionar que se encuentre dentro de la definición de voluntariado.
El voluntariado ha demostrado ser un catalizador de cambio y progreso. Sus avances en la integración de la tecnología, la colaboración global, y la promoción de la diversidad e inclusión, resaltan la capacidad del servicio voluntario para adaptarse y evolucionar en aras del bien común.
Sin embargo, aún persisten desafíos notables, barreras que limitan la sostenibilidad de estas iniciativas. La falta de reconocimiento formal y la ausencia de incentivos a largo plazo plantean interrogantes sobre el futuro del voluntariado en el Perú. Aunque la intervención estatal, reflejada en la Ley General del Voluntariado y la acción de la Comisión Nacional del Voluntariado, evidencia un compromiso; se requiere un impulso significativo para integrar plenamente el voluntariado en la agenda nacional.
La construcción de una sociedad más justa y equitativa implica una colaboración continua entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil, reconociendo en el voluntariado un motor esencial para el cambio positivo y para el desarrollo sostenible del país.
Referencias bibliográficas:
Cepal & ONU. (2016). Agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible. Una oportunidad para América Latina y el Caribe. Repositorio Digital Cepal. https://repositorio.cepal.org/handle/11362/40155.4
Congreso de la República de Perú (2004). Ley N°28238 - Ley General del Voluntariado.
Dirección de Beneficencias Públicas. (s.f). Cooperación en voluntariado. Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. https://www.mimp.gob.pe/homemimp/direcciones/dibp/cooperacion-voluntariado-dibp.php
Haddock, M., & Devereux, P. (2016). Measuring the Contribution of Volunteering to the Sustainable Development Goals: Challenges and Opportunities. Voluntaris: Journal of Volunteer Services, 4(1), 68-100.
Lien, L. (2015, septiembre 1). Volunteerism: Matching the Supply and Demand of Volunteers. En The World that Changes the World: How philanthropy, innovation, and entrepreneurship are transforming the social ecosystem (págs. 191-207). https://doi.org/10.1002/9781119199427.ch11
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (2015). Reglamento de la Ley N°28238, Ley General del voluntariado.
Neyra, A. (2021, enero 31). El bicentenario y la promesa de la juventud peruana. El Comercio. Recuperado de https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/elbicentenario-y-la-promesa-de-la-juventudperuana-por-alejandro-neyra-columnabicentenario-juventud-francisco-sagastinoticia/?ref=ecr
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2011). Informe sobre el estado del voluntariado en el mundo. Valores universales para alcanzar el bienestar mundial.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2015). Informe sobre el estado del voluntariado en el mundo. Transformar la gobernanza. https://www.unv.org/sites/default/files/21337%20-%20SWVR%20report%20-%20SPANISH%20-%20web%20single%20pages_1.pdf
Universidad de La Laguna (s.f.). Voluntariado y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). https://www.ull.es/portal/espacio-solidaridad-voluntariado/voluntariado-y-objetivos-de-desarrollo-sostenible-ods/
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