Por: Jorge Frank Tovar Rodríguez (@ing.jorgefrank) y Rut Adela Colchao Pérez (@Rut_cp19)
El desarrollo de la tecnología, sobre todo en las últimas dos décadas, ha transformado diversos sectores a nivel mundial, desde la economía hasta el medio ambiente, mediante la optimización de procesos, la innovación, la eficiencia, la competitividad en los negocios y la creación de oportunidades profesionales. De igual manera ha traído beneficios para el medio ambiente porque nos ha permitido obtener datos, cada vez de mejor calidad, sobre los ecosistemas, la contaminación, entre otros. Sin embargo, la tecnología también trajo disrupciones en esas mismas áreas a las que beneficia. En este artículo se realiza un breve análisis sobre los beneficios y riesgos de los avances tecnológicos a nivel mundial y medidas que se están tomando en el Perú para los próximos años en tres áreas importantes: la economía, el medio ambiente, y en menor medida, su aporte en la infraestructura.
¿Cómo afecta el desarrollo tecnológico a la economía?
Si hablamos de economía mundial, podemos observar un descenso en el crecimiento económico respecto al año anterior, pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó un crecimiento económico mundial del 2.8% en 2023 con respecto al 3.4% de 2022. (Georgieva, 2023) En este sentido se hace más evidente el temor por el desempleo mundial a causa de la implementación de las nuevas tecnologías.
En efecto, el impacto en el cambio en el mercado laboral actual es considerable, pues se estima que el 9% de puestos de trabajo estaría en riesgo de ser reemplazados por la automatización (Claudia & Oriol, 2021). Sin embargo, actualmente se evidencia que la fuerza laboral se encuentra cada vez más polarizada; es decir, el crecimiento del empleo se ha concentrado cada vez más en los lados opuestos de lo niveles de capacitación y especialización, esto se refiere a que las proporciones de trabajadores con una cualificación alta y baja han aumentado, mientras que los trabajos con un nivel de cualificación medio están reduciéndose (hasta en un 43% en EE. UU) (Saunders, 2018).
En contraparte, la aparición de la Inteligencia Artificial permite mejorar la calidad de los bienes y servicios existentes, la aparición de nuevos productos y esto a su vez, actúa de forma positiva sobre el empleo, ya que generará la creación de nuevos puestos de trabajo y nuevas necesidades o modelos de negocio que podrán surgir gracias a las nuevas tecnologías (Claudia & Oriol, 2021).
En el Perú, en los últimos años se han registrado incrementos progresivos en inversión tecnológica, pero no es suficiente. En el país se destina 0.13% del PBI en Ciencia Tecnología e Innovación (CTI), mientras que Chile, invierte el 0.4% y la mayoría de los países desarrollados se encuentran arriba del 2%. Para encaminarnos a ser una economía competitiva, el primer paso es subir a 1% y eventualmente alcanzar un 2%; sino, será difícil diversificar, desarrollar nuevos productos, mejorar nuestra productividad y constantemente tendremos limitaciones (La República, 2022). Por otro lado, en el 2022 el Perú concretó un nuevo préstamo del Banco Mundial (BM) por USD 100 millones para fortalecer la Ley del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Sinacyt). Con esta inversión se priorizará la investigación, el desarrollo y la innovación en tres áreas clave para el país: cambio climático, salud y economía digital. (Universidad de Ingenieria y Tecnologia, 2022).
¿Y cuáles son los efectos en el medio ambiente?
Así como en la economía, los avances tecnológicos que comenzaron muchos años atrás ya muestran, con mayor claridad, los beneficios y riesgos en otros sectores. Por el lado del medio ambiente, encontramos el uso de paneles solares, edificios inteligentes, vehículos eléctricos, entre otros, que reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y hacen un uso más eficiente y limpio de la energía; en la conectividad, el desarrollo de la red 5G mejora enormemente la calidad de los datos recopilados en tiempo real y consecuentemente el proceso de toma de decisiones; en infraestructura, las impresoras 3D, así como la nanotecnología han permitido la producción de nuevos materiales y la fabricación de repuestos en diversas áreas, lo cual es particularmente útil en zonas de desastres (KPMG, sf). Se suma también el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), con el cual podemos monitorizar en tiempo real las emisiones de gases de efecto invernadero, conservación de la biodiversidad, conservación del ártico, desastres naturales, entre otros (Organización de las Naciones Unidas, [ONU], sf & Rebeca Leigh, 2022). Sin embargo, estas innovaciones al mismo tiempo traen riesgos como tener que alterar ecosistemas de flora y fauna al momento de la instalación de dispositivos o, por la circulación de drones por estos ecosistemas, con el fin de capturar datos. Por otro lado, Karen Hao (2019) menciona que entrenar modelos de IA emite hasta 5 veces el CO2 de un vehículo promedio, en toda su vida útil o; 125 vuelos de ida y vuelta de Nueva York a San Francisco, según un estudio realizado por la Universidad de Massachusetts (Scientific Computing World, sf). Así mismo, la extracción del litio (muy valorado hoy en día por su aplicación en la fabricación de los vehículos eléctricos) en Chile, que es el segundo mayor productor de litio en el mundo, consume hasta el 65% del agua de la región de Atacama (Elsabet Jones & Baylee Easterday, 2022).
En el Perú, la investigación y desarrollo de estas tecnologías es aún incipiente, ya que el país se caracteriza principalmente por adquirir tecnologías ya desarrolladas que producirlas, sobre todo para fines comerciales (Ortigueira-Sánches, C. Stein, Risco-Martínez & Fernanda Ricalde, 2020). Sin embargo, hay interés en el país por desarrollarlos, ya que desde el 2013 al 2021 se incrementó hasta en 400% la cantidad de artículos publicados relacionados a la IA proveniente del sector académico, de los cuales casi el 50% lo ocupan investigaciones respecto a la ciencias de la computación (19.8%), ingeniería (15.9%) y medicina (12.1%) (Presidencia del Consejo de Ministros, sf). Sumado a lo anterior, el 05 de julio de este año se publicó la ley N° 31814 como “ley que promueve el uso de la inteligencia artificial en favor del desarrollo económico y social del país” (El Peruano, 2023). Además, el país tiene elaborado un plan de desarrollo de estas tecnologías para los años 2021-2026 (Presidencia del Consejo de Ministros, sf), este plan incluye el “ser líder regional en la publicación de datos sobre la biodiversidad, lenguas nativas así como otras minorías”. Lamentablemente, el país aún tiene muchas carencias como la de una educación superior de alto nivel en esta rama, bajos incentivos salariales para los profesionales de este campo, etc., lo que hace que muchas personas emigren a otros países para especializarse en este campo. A la par, también hay pequeños proyectos particulares dispersos que usan estas tecnologías en beneficio del medio ambiente, tal es el caso de un aplicativo de teléfono móvil que detecta casos de deforestación en la comunidad indígena “El Infierno” en la región de Madre de Dios y que ha reducido la tasa de deforestación en comparación de zonas no monitorizadas (Gonzalo Torrico, 2021); o el uso de drones que brindan en tiempo real y con mayor precisión la calidad del aire para su posterior uso en otras aplicaciones (Matthew Hempstead, 2022), entre otros. Por otro lado, mediante el Decreto Supremo N° 289-2019-EF se dio inicio al plan BIM (Building Information Modelling), que busca optimizar costos y tiempo de elaboración y ejecución de los proyectos de infraestructura hasta su puesta en servicio y monitorización durante toda su vida útil.
En conclusión, aunque el desarrollo de las nuevas tecnologías presente algunos perjuicios contra el medio ambiente y la economía, no debe ser motivo de desaceleración de nuevos proyectos; por el contrario, se necesita que, tanto a nivel global y nacional, estas tecnologías tomen en cuenta la biodiversidad y la sostenibilidad. Además, es necesario contar con una legislación que regule estos avances, como ya lo han manifestado diversas instituciones y personas ligadas a este campo, a nivel internacional. Actualmente, el Perú invierte tres veces menos en tecnología que los países desarrollados, y los proyectos en este campo son aún pequeños e incipientes por lo que resulta evidente que se debe aumentar la inversión en CTI, ya que ello retorna en desarrollo económico y prosperidad para el país. La mayoría de estos proyectos tecnológicos son para optimizar costos en el sector comercial; por lo tanto, es necesario escalar más en diversas ramas con fines de investigación para su aplicación en la optimización de procesos en la industria en general. También, se debe ir incrementando los incentivos salariales así como el nivel educativo para evitar la fuga de profesionales que buscan especializarse en el desarrollo de estas nuevas tecnologías. Se espera que para los próximos años, estos avances tecnológicos se darán con mayor rapidez y los riesgos que se tienen actualmente se irán eliminando gradualmente. Así mismo, confiamos en que los planes a largo plazo que tiene el Perú reducirán las deficiencias que se tienen actualmente y mejorarán las condiciones de vida para los ciudadanos.
Referencias bibliográficas:
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