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El impacto de la contaminación ambiental en la salud mental

Por: Alejandra Araujo, Jazmín Ocampo, Rodrigo Carrillo y Sergio Zulueta.


Con el paso del tiempo, se han profundizado diversos estudios sobre la relación que existe entre la contaminación ambiental y la salud mental, y, aunque las investigaciones realizadas aún son débiles, se puede afirmar que se trata de una relación directamente proporcional, es decir, a mayor contaminación ambiental, mayores serán los perjuicios que se causarán a las personas que sufren enfermedades de salud mental.


El término salud mental suele tener diferentes acepciones que dependen del enfoque asignado. Por ejemplo, en el ámbito clínico se la relaciona con criterios de la medicina tradicional. Mientras que en el ámbito psiquiátrico se consolida como un estado de equilibrio y adaptación activa que brindan bienestar al individuo (Dávila, 1985). En el ámbito social se establece como la convivencia de un ambiente en el que prime la concordia.


El concepto de contaminación ambiental, por su parte, se consolida como “un proceso cíclico que involucra todos los ambientes: aire, agua y suelo, y desde cualquier perspectiva, a los seres vivos tanto emisores como receptores de los contaminantes” (Domínguez, 2015, p.1).


Existen diversos factores que incrementan el índice de la contaminación ambiental. Entre ellos encontramos a los relacionados con el suelo —vertederos en los que se entierran desperdicios—, campo atmosférico —propagación de elementos dañinos mediante los tubos de escape—, acústica —exceso de sonido que genera irritabilidad—, entre otras. De esta forma, el ser humano suele encontrarse expuesto a la presencia de componentes nocivos que atentan contra su salud. Específicamente con en el idóneo desarrollo de una salud mental plena.


Esto se debe a que el entorno en el que vivimos influye mucho en nuestro desarrollo físico y mental, siendo la naturaleza un factor que garantiza y facilita la buena salud, especialmente, la mental en las personas de todas las edades, puesto que permite reducir los niveles de estrés, ansiedad, depresión y soledad. Del mismo modo, también permite combatir una serie de patologías, por lo que, la contaminación ambiental sólo contribuye en su incremento y en el de la ansiedad y la depresión. Asimismo, los efectos más nocivos de la contaminación agravarán la situación de las personas que sufran de una enfermedad mental seria, además de afectar a los demás individuos de la sociedad. (Galán, 2018).


Efecto de la contaminación del aire en la salud mental


El estudio de la contaminación del aire, que incluye el incremento en la concentración de ciertos gases y partículas, y su efecto en la salud mental ha ido aumentando en los últimos años, encontrándose ciertas asociaciones entre la exposición a una mala calidad de aire y el mayor riesgo de condiciones adversas de salud mental (Lowe et al., 2021).


Por un lado, se ha podido identificar que la alta exposición a ozono troposférico (O3) y a partículas con un diámetro menor a 2.5 micras (PM 2.5) puede incrementar los casos de enfermedades mentales, debido a que pueden ocasionar respuestas neuro inflamatorias, procesos que contribuyen a la aparición de depresión (King, 2018). Asimismo, altos niveles de PM 2.5 y PM10 tienen asociación significativa con altos niveles de ansiedad, aumentando mucho más si las personas ya cuentan con otras condiciones de salud física. Por añadidura, las concentraciones de metales pesados como cadmio o plomo, que suelen encontrarse en forma de partículas, pueden estar asociadas a la esquizofrenia (King, 2018) (Li et al., 2020).


Si bien estos estudios fueron realizados en grandes ciudades pertenecientes a zonas industrializadas como China o Reino Unido, es importante que en nuestro país puedan adoptarse medidas para mitigar posibles efectos en la salud de las personas, como el incremento de áreas verdes, diseño urbano y ordenamiento territorial.


El deterioro de la salud mental por un ambiente contaminado


Los primeros indicios de preocupación por el ambiente y su relación con el comportamiento humano empezaron con la necesidad de proveer un ambiente adecuado para los trabajadores a principios del siglo XX. Un caso es el experimento de Hawthorne, realizado en 1927, el cual, pretendió conocer el efecto de la iluminación sobre el rendimiento de los empleados. En este se comprobó la preponderancia del factor psicológico sobre el factor fisiológico, es decir, las condiciones psicológicas para mejorar la productividad (Balção y Cordeiro, 1971).

Según la División de Población de la ONU, al menos un 56.2 % de la población se encuentra en zonas urbanas En Latinoamérica y el Caribe este porcentaje aumenta, siendo un 81.2 % (Buchholz, 2020).


De esta forma, las características de los entornos urbanos afectan directa e indirectamente a la salud mental, sobre todo, en los ambientes interiores. La mala calidad de vivienda, la densidad residencial, el ruido, la calidad del aire en interiores y la luz, causan un deterioro de la salud mental, con efectos indirectos que alteran procesos psicosociales con secuelas a largo plazo (Evans, 2003).


De igual modo, dentro de las medidas tomadas por países para mitigar los efectos de la contaminación en la salud mental. Se encuentra, por un lado, el caso de Chile, en el que permanecían desechos mineros remitidos por une empresa sueca en Arica. Ante este escenario, los relatores de la ONU emplazaron a ambos gobiernos a brindar soluciones definitivas. La respuesta de Suecia fue no hacerse cargo de la repatriación. Mientras Chile trasladó los residuos hacia Quebrada Encantada de forma temporal (Aparicio, 2021). Por otro lado, Alemania suele sobrepasar el límite por óxidos de Nitrógeno establecido por Europa. Por lo que, entre sus medidas para contrarrestar esta situación se encuentra la prohibición temporal de circulación de vehículos diésel en zonas especialmente contaminadas (Rueder, 2016).


Conclusiones


La contaminación puede ser de diversos tipos: contaminación del aire, del agua, del suelo, etc. La alteración del ambiente externo a causa de la contaminación también tiene efectos negativos en la salud mental. Diversas soluciones han sido implementadas, incluyendo métodos biológicos, químicos y físicos, sin embargo, se debe prestar atención a cortar de raíz la contaminación para que un posible proceso de descontaminación pueda ser realizado (Ukaogo, Ewuzie y Onwuka, 2020).


Desde este escrito, las propuestas planteadas para frenar el incremento de la contaminación ambiental que afecta a la salud mental de los pobladores se encuentran: la acción de brindar un soporte especializado para disminuir el grado de estrés en centros próximos a la comunidad (módulos de prevención y tratamiento). Además, la implementación de áreas verdes recreativas por cada parcela determinada. Y en mayor medida si es que en esa zona se encuentran desarrollándose obras públicas o privadas que pueden mermar el consenso colectivo. También, reforzar el cumplimiento de políticas ambientales. Todo esto, mediante una fiscalización estatal eficiente y certera que cumpla su objetivo de protección tanto ambiental como mental.



Referencias


Aparicio, E. (2021). El mostrador: Relatores de la ONU emplazan a los gobiernos de Chile y Suecia a dar una solución definitiva a los desechos tóxicos en Arica. Recuperado de https://www.elmostrador.cl/cultura/2021/06/03/relatores-de-la-onu-emplazan-a-los-gobiernos-de-chile-y-suecia-a-dar-una-solucion-definitiva-a-los-desechos-toxicos-en-arica/


Balção, Y. F., & Cordeiro, L. L. (1971). O comportamento humano na empresa: uma antologia. Fundação Getulio Vargas.


Buchholz, K. (2020). How has the world’s urban population changed? World Economic Forum. Recuperado de: https://www.weforum.org/agenda/2020/11/global-continent-urban-population-urbanisation-percent/#:%7E:text=In%202020%2C%2056.2%20percent%20of,has%20risen%20in%20every%20content


Dávila, H. (1995). “Departamento Nacional de Salud Mental”. Boletín de PREID.


Domínguez, M. C. (2015). La contaminación ambiental, un tema con compromiso social. Producción + Limpia, 10(1), 9-21. Retrieved October 15, 2021. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1909-04552015000100001&lng=en&tlng=es.


Evans, G. W. (2003). The built environment and mental health. Journal of urban health, 80(4), 536-555.


Galán, M. (2018) Aumento de enfermedades mentales por contaminación ambiental. Revista de Psiquiatría. Recuperado de: https://psiquiatria.com/congresos/pdf/3-3-2018-4-comu8.pdf


King, J. (2018). Air pollution, mental health, and implications for urban design: a review. Journal of Urban Design and Mental Health, March, 4:6.


Li, H., Zhang, S., Qian, Z. (Min), Xie, X. H., Luo, Y., Han, R., Hou, J., Wang, C., McMillin, S. E., Wu, S., Tian, F., Deng, W. F., & Lin, H. (2020). Short-term effects of air pollution on cause-specific mental disorders in three subtropical Chinese cities. Environmental Research, 191(August), 110214. Recuperado de: https://doi.org/10.1016/j.envres.2020.110214


Lowe, S. R., Wang, C., Ma, Y., & Chen, K. (2021). Particulate matter pollution and risk of outpatient visits for psychological diseases in Nanjing, China. Environmental Research, 193(September 2020), 110601. Recuperado de: https://doi.org/10.1016/j.envres.2020.110601


Rueter, G. (2016). DW Made for Minds: Alemania lucha contra la contaminación del aire. Recuperado de: https://www.dw.com/es/alemania-lucha-contra-la-contaminaci%C3%B3n-del-aire/a-19478971


Ukaogo, P. O., Ewuzie, U., & Onwuka, C. V. (2020). Environmental pollution: causes, effects, and the remedies. In Microorganisms for sustainable environment and health (Vol. 21, pp. 419-429). Elsevier.

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