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Foto del escritorUnited Peruvian Youth

Desenfreno consumista en fiestas: Más allá de los regalos y las luces

Por: Sergio Zulueta (@sergiozulueta) y Sofía De La Flor (@s_delaflor)


Las festividades navideñas son un momento de alegría y celebración en todo el mundo. Sin embargo, detrás de las luces brillantes, los regalos envueltos con esmero y las mesas repletas de manjares, se esconde un impacto ambiental significativo. La navidad, a pesar de su usual confraternidad, a menudo contribuye a la degradación del medio ambiente de maneras que muchos de nosotros pasamos por alto. En esta edición, exploraremos algunos de los factores que contribuyen al impacto ambiental derivado de las prácticas y costumbres arraigadas. Desde la generación masiva de residuos hasta el  aumento en el consumo de energía. A medida que la conciencia global sobre el deterioro de nuestro entorno aumenta, se debe comprender las implicaciones medioambientales de nuestras celebraciones. Por lo que, nos llama a la reflexión y la acción: identificar posibles estrategias para reconciliar las festividades con la preservación del entorno, sin renunciar al característico espíritu navideño.


El fenómeno del consumismo durante las festividades

Las festividades han sido tomadas por una cultura consumista donde se prioriza la compra de regalos y productos materiales sobre el significado emocional de la celebración. Según estudios sociológicos y de mercado por ejemplo, "The High Price of Materialism" de Tim Kasser, este fenómeno ha aumentado a lo largo de los años, impactando la forma en que las personas perciben y celebran estas ocasiones enfocadas exclusivamente en adquirir bienes materiales de forma desproporcionada e innecesaria. 


En un mundo impulsado por la publicidad y la mercadotecnia, las festividades se han convertido en una plataforma ideal para fomentar el consumo desmedido. La presión social y la influencia de los medios de comunicación llevan a la búsqueda constante de regalos lujosos y experiencias efímeras, alimentando un ciclo interminable de adquisición y deseo.


Bajo el enfoque de Melina Davis en su ensayo “¿Por Qué Deseamos Lo Que Deseamos?”, las necesidades físicas hace tiempo dejaron de formar parte de nuestras prioridades, ahora los habitantes del siglo XXI buscan la felicidad mental, la cual se ve reflejada en hábitos de consumo y estilos de vida. Por tal razón, resulta interesante la relación entre las prácticas religiosas y el consumo. ¿Por qué llenamos nuestras casas de luces brillantes y escaparates decorados? La religiosidad como manifestación cultural influye y condiciona el consumo de las personas creyentes que participan de esa cultura y que aceptan y acatan las normas establecidas-. (Sierra, L. 2015.). Diversos autores estudian y afirman que las celebraciones con origen religioso como la Navidad, el Ramadán o Diwali son convertidos en eventos de marketing, ya que establecen temporadas en las que las relaciones sociales se intensifican y el gasto de dinero aumenta. Aquellas prácticas vinculadas a la celebración de la navidad, como la compra de decoraciones o el consumo de un tipo específico de comida, son comúnmente estudiadas para  segmentar el mercado y permitir a las empresas adaptarse a los hábitos de compra. Es así como durante las festividades, el consumismo se intensifica, convirtiéndose en un fenómeno que moldea nuestras tradiciones y es capaz de redefinir el significado de la celebración.


El consumismo y  la degradación del planeta

En ese sentido, se ha hecho evidente que esta relación intrincada entre las festividades y el voraz consumismo ha sido objeto de escrutinio minucioso, no solo desde la óptica cultural y social, sino también desde el prisma ineludible del ambientalismo contemporáneo. Se han alzado voces, destacando entre ellas los informes del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que han arrojado luz sobre la despiadada dinámica del consumismo, desvelando cómo este flagelo ha desencadenado un alarmante agotamiento de recursos naturales y a la par, una espiral de contaminación y deterioro medioambiental de proporciones globales.

La cuestión, entonces, no radica únicamente en el disfrute pasajero, sino en la trascendencia de nuestras acciones hacia un horizonte más sostenible. Una reevaluación de las prácticas festivas, una apuesta por la moderación y la responsabilidad ambiental, podría constituir el viraje crucial hacia un equilibrio perdurable entre nuestras celebraciones y el resguardo de la sociedad.


Demanda desmesurada de energía eléctrica

Las festividades están vinculadas a un aumento significativo en el consumo de electricidad debido a la proliferación de luces y decoraciones. En muchos casos, estas luces permanecen encendidas durante horas sin considerar la necesidad de conservar energía. Este pico en la demanda eléctrica contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y al agotamiento de fuentes de energía no renovables.

Durante los últimos años, se ha incrementado la recomendación de luces LED, ya que estas no se sobrecalientan y pueden consumir hasta 10 veces menos que las luces incandecentes. Sin embargo, el proceso de fabricación de estas luces emite muchas toneladas de CO2, además de estar asociado a la extracción de tierras insólitas y minería destructiva (Sanchez, M. 2021). Un estudio dirigido por National Geographic reveló que las luces LED incrementan la contaminación lumínica. A pesar de brindar eficiencia energética, genera una serie de problemas de los cuales pocos nos percatamos, entre ellos: La observación de estrellas, perturbación de los ritmos biológicos de la vida silvestre y la alteración de los ritmos circadianos en las personas. Si bien es posible el diseño adecuado de las luces LED para reducir la luz desperdiciada sin crear una diferencia perceptible para los humanos, no muchos conocen de estas pautas (Brady, Heather. 2017).


En ese caso, se vuelve necesario poner en tela de juicio las soluciones que planteamos con respecto al ahorro de energía. Más allá de la calidad de nuestros aparatos, podemos enfocarnos en la sostenibilidad de nuestras prácticas festivas. Durante el año 2015, la ADECES (Asociación Pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales) de España, realizó un informe sobre el alumbrado navideño, concluyendo que durante las épocas festivas se genera un despilfarro de uso energético debido al exceso de horas y días de iluminación. Consecuentemente, se sugirió la puesta en marcha del alumbrado navideño con una semana de antelación a la navidad, así como su permanencia únicamente por 21 días. A todo esto, podemos sumar el control de las horas de alumbrado, ya que la sincronización con el alumbrado público genera mayor gasto. Este es un gran ejemplo de cómo podemos controlar el impacto ambiental de las celebraciones sin perder ese encanto que la caracteriza. Este año, se estima que la demanda de energía eléctrica sea un 15% mayor durante diciembre solo en Arequipa. ¿Será que nos encontramos en la necesidad de normas que regulen este fenómeno?


El costo oculto de la pirotecnia al medio ambiente y animales

La composición química de los fuegos artificiales incluye metales pesados, como el plomo, cobre, zinc, entre otros. Junto con el compuesto tóxico: perclorato de potasio. De esta forma, los gases y partículas liberadas durante la quema de estos materiales no solo contribuye a la mala calidad del aire, sino que también puede afectar la salud humana al incrementar los problemas respiratorios. Según datos del SENAMHI, en la madrugada del 25 de diciembre del último año, la contaminación del aire en Lima Metropolitana aumentó en 60% por el uso desmedido de pirotécnicos. A través de la Red de Monitoreo Automático de la Calidad del Aire, detallaron que las concentraciones más altas de material particulado se dieron entre 1:00 am y 3:00 am, además de mencionar que los resultados superan hasta en 831% el valor del Estándar de Calidad Ambiental establecido, lo cual es extremadamente perjudicial para nuestra salud y el medioambiente. 


En adición, quizás uno de los impactos más trágicos y menos conocidos es el sufrimiento infligido a los animales. Las detonaciones repentinas y estruendosas de los fuegos artificiales causan un intenso estrés en los seres vivos, desde mascotas domésticas hasta animales silvestres. Desde hace más de una década, varias municipalidades distritales han emitido ordenanzas prohibiendo el uso de productos pirotécnicos, mientras que otras regulan su comercialización. No obstante, la falta de conciencia ambiental todavía genera el uso irresponsable de estos artículos.  La presente temporada festiva se presenta como una oportunidad para adoptar una postura proactiva en la promoción de prácticas más responsables y sostenibles. Optar por formas de celebración que minimicen la perturbación ambiental y el sufrimiento animal refleja un compromiso con la preservación del equilibrio ecológico y el respeto hacia todas las formas de vida con las que compartimos este planeta.


Generación excesiva de residuos sólidos

La educación y concienciación sobre la importancia de las prácticas sostenibles durante las vacaciones son fundamentales. Fomentar la reflexión sobre el impacto ambiental de nuestras acciones durante esta temporada puede conducir a cambios significativos en los patrones de consumo y contribuir a la reducción significativa de los residuos generados.


Por lo tanto, abordar la generación excesiva de residuos sólidos durante las festividades navideñas requiere de un enfoque integral que combine cambios en el comportamiento del consumidor, educación ambiental y la promoción de prácticas más sustentables. Adoptando medidas conscientes y responsables podemos trabajar por la preservación de nuestro entorno, permitiéndonos disfrutar de las fiestas de una forma más armoniosa con el medio ambiente.


En conclusión, el consumismo desenfrenado que rodea las fiestas ha llevado a una cultura en la que el valor de la celebración se ha subordinado a la adquisición de bienes materiales. Este cambio, impulsado por la presión social y la influencia mediática, ha desviado la atención del significado emocional de las fiestas hacia una búsqueda constante de regalos y experiencias efímeras. En consecuencia, el impacto ambiental que genera esta cultura consumista es alarmante. Desde el agotamiento de los recursos naturales hasta la emisión de gases contaminantes, nuestras celebraciones contribuyen a una espiral de deterioro ambiental. La relación entre el consumismo excesivo y la degradación del planeta es innegable y requiere una profunda reevaluación de nuestras prácticas festivas.


La excesiva demanda de energía eléctrica durante las fiestas, impulsada por la proliferación de luces y adornos, tiene un importante coste medioambiental. Aunque las luces LED han sido promocionadas por su eficiencia energética, su fabricación y uso indiscriminado también genera problemas como contaminación lumínica y alteraciones en los ritmos biológicos. Sumado con ello, el uso indiscriminado de fuegos artificiales durante las fiestas no sólo afecta la calidad del aire, sino que también provoca un estrés extremo en los seres vivos, desde mascotas hasta animales salvajes. Este uso irresponsable tiene un impacto directo en la salud humana y el equilibrio ecológico, lo que exige la adopción de prácticas más responsables.


Por añadidura, la generación excesiva de residuos sólidos durante las vacaciones es un problema grave que requiere un cambio en la mentalidad del consumidor. Sensibilizar y educar sobre prácticas sostenibles durante estas celebraciones es fundamental para reducir significativamente los residuos generados y preservar el medio ambiente.


En suma, conciliar nuestras festividades con la preservación del medio ambiente requiere un cambio de paradigma en el comportamiento del consumidor, una educación ambiental más profunda y la promoción activa de prácticas más sostenibles. Sólo a través de medidas conscientes y responsables podremos disfrutar de las vacaciones de una forma más armoniosa con el entorno natural.



Referencias bibliográficas:


Asociación Pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales. (2015). VIII Estudio Alumbrado navideño 2015-2016: Tecnologías eficientes y un mayor compromiso privado reducen costes. ADECES. Recuperado de https://www.adeces.org/wp-content/uploads/2015/12/ESTUDIO-ALUMBRADO-NAVIDAD-2015_final.pdf


BBC. (2019). The environmental cost of Christmas: How much is a tree, wrapping paper and a roast dinner? Recuperado de https://www.bbc.com/news/business-50868729


Baute, K. [Our Changing Climate] (17 de diciembre, 2021). How Capitalism Stole the Holidays (and Killed the Planet Along the Way) [Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=2KCVF09aMGU&t=340s   


Davis, M. (2003). ¿Por qué deseamos lo que deseamos? La nueva búsqueda de la satisfacción total. Urano tendencias.


Ministerio del Ambiente (2014). Impactos en la calidad del aire aumentan significativamente durante las fiestas de Navidad y fin de año. Recuperado de: https://www.minam.gob.pe/notas-de-prensa/impactos-en-la-calidad-del-aire-aumentan-significativamente-durante-las-fiestas-de-navidad-y-fin-de-ano/ 



Ruiz de Maya, S. (2013). Casos del comportamiento del consumidor: Reflexiones para la dirección de marketing. ESIC Editorial.


Ruiz, A. (2021). Contaminación del aire con material particulado (PM10 y PM2.5) por el uso de productos pirotécnicos durante navidad y año nuevo en Lima metropolitana, 2017-2021. Universidad Nacional del Callao. URI: https://hdl.handle.net/20.500.12952/6320  


Sierra, L. (2015). Musulmanes, judíos y cristianos en la cesta de la compra: Lo profano y lo sagrado a través del consumo. ICADE. WWF UK. (s.f.). The Environmental Impact of Christmas and What You Can Do About It. Recuperado de https://www.wwf.org.uk/updates/environmental-impact-christmas-and-what-you-can-do-about-it 

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